GENERO
Accion, Psicologico, Sobrenatural
ESTUDIO DE ANIMACIÓN
Asread (Famoso por Mirai Nikki y Corpse Party)
Y ya que se ha vuelto un poco extendida la práctica de
comparar series, como ejemplo a Koutetsujou
no Kabaneri con Shingeki no Kyojin, me puse a buscar comparaciones de Big Order
con Mirai Nikki.
Y siendo sinceros, no encuentro mucho parecido entre
Big Order y Mirai Nikki, tal vez en los diseños de personajes, pero eso se
justifica un poco, ya que ambas pertenecen al mismo mangaka: Sakae Esuno. Así que al principio pensé que en
este aspecto era un acierto, porque siempre es bienvenido, la creatividad y
porque no, aunque más difícil; la originalidad.
Pero entonces nos encontramos con que los Order’s son
personas perseguidas en una sociedad que
les odia y teme al mismo tiempo. Cosa que justamente acabamos de ver en la
anterior temporada con Ajin. Claro y
no olvidemos el plus de incluir el tan
poco vistoso 3DCGI que vemos a la criatura que acompaña al protagonista, que
supongo es la personificación de su poder. O la referencia a la cadena de
Kurapica (HunterxHunter), que utiliza para controlar a las demás personas.
Y a todo esto. ¿De qué va la serie? - Bueno no es
necesario decir mucho, ya que al minuto 3, te
están escupiendo todo acerca de los “Order’s”, con el tan manido recurso de “exposición”, del “Profesor explicando en una clase de
historia”.
Lo único que hay tener presente es que, el mundo ha
sido “destruido” por culpa del deseo de un “Order”.
Porque existe una entidad llamada Daisy, que va por allí repartiendo poderes
(Una referencia a Code Geas, dicho
sea de paso). Pero no puedo evitar decirlo, es de lo mas risible la causa de
ese deseo que acabo destruyendo el mundo. Y yo que pensé que sería un secreto que implicaría un gran misterio
en la trama.
Es así que al cierre del capítulo nos enteramos de la
intención del protagonista de conquistar
el mundo, porque ese era la verdadera intención del deseo que pidió de niño.
Bajo, la premisa “Si está destruido,
será mas fácil conquistarlo”. Imagino yo. Porque no encuentro otra maldita
razón, para que la historia nos plantee eso.
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